¿Podrá Carlos Slim sacarle provecho a
la nueva regulación de Telmex?
El IFT ordenó a América Móvil crear una nueva empresa que administre los
postes, ductos, cables de cobre y de fibra de Telmex y Telnor para generar más competencia.
América Móvil deberá configurar una nueva empresa que administre
la infraestructura de Telmex y Telnor para ponerla a disposición de esas mismas compañías y del
resto de los competidores del
mercado en igualdad de condiciones en el mediano plazo.
El
objetivo es generar un mayor equilibrio en la industria de las
telecomunicaciones y deriva de los resultados que arrojó una
revisión al funcionamiento de diez políticas regulatorias que pesan sobre la operación diaria de
América Móvil y de sus filiales Telmex-Telcel desde el 7 de marzo del 2014.
La
revisión del IFT se enfocó al análisis de un periodo de dos años a las llamadas
regulaciones asimétricas, de marzo del 2014 a marzo del 2016.
AMX
informó en la noche de este miércoles que resultado de esas revisiones, el
Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) la emplazó a presentar en 65 días, en mayo, un plan
“de separación funcional” que
la obliga a crear una nueva empresa que se dedique en exclusiva a la
proveeduría de servicios mayoristas y la compartición de infraestructura
pasiva.
América
Móvil, que nació como el brazo de telecomunicaciones móviles de Telmex en el
año 2000 y que luego absorbió en definitiva a esa compañía y a Telcel en
diciembre de 2012, también anunció anoche que recurrirá a los tribunales para defenderse de los
ordenamientos del IFT, bajo el argumento de que la autoridad reguladora
no tomó en cuenta cambios en el mercado, como la presencia de nuevos
proveedores de servicios en el mercado de líneas fijas y el creciente consumo
en todos los rubros por parte de los usuarios.
La
“separación funcional” no significa que América Móvil está en la obligación de
desprenderse y vender Teléfonos de México (Telmex) y Teléfonos del Noroeste
(Telnor) o la infraestructura de éstas a un tercero, sino en la obligatoriedad
de crear
una nueva compañía aún relacionada con el conglomerado que sólo se dedique a ofrecer
servicios al resto de los operadores, más no al consumidor final, y/o bajo otra
denominación de marca a las de Telmex-Telnor.
Pero
antes se antojan una serie de litigios, como los que anunció AMX contra la
resolución del IFT, y el hecho de que también Telmex encuentre su anhelado
sueño de ofrecer servicios de video con base en la nueva regulación que ya le
augura el IFT.
Analistas
consultados consideran como un desatino las versiones que apuntan a que el
regulador haya barajado la posibilidad de obligar a América Móvil a vender todo
Telmex o algunos de sus activos, previo a regulaciones preventivas.
Más
allá del factor orgullo que significaría para el empresario Carlos Slim
desprenderse de la empresa que lo hizo crecer en las telecomunicaciones, difícilmente
habría un postor interesado en comprar una telefónica cuyo origen, el de voz,
se estanca aún con sus 12.9 millones de líneas en activo para el cuarto
trimestre del 2016, pero que se mantiene a flote con las ganancias que le deja
el negocio de banda ancha, uno que logró una cuota de 9.2 millones de suscriptores en el mismo periodo.
“¿Quién
pudiera comprar Telmex?”, cuestionan los expertos ante un escenario de impactos
económicos externos que golpean a la economía mexicana e internos que trastocan
directamente a Telmex. “¿Verizon, AT&T, Movistar? ¿Quién? El negocio fuerte
ahora está en la banda ancha; la voz ya no da. La separación funcional no
significa eso, sino crear un proveedor para todos los proveedores
sin privilegios para ellos (AMX)”, explica el analista y socio en TyN
Media Group, Juan Gnius.
“Los
problemas de Telmex no son de Slim. Si Slim vende, otros van a tener la
posición dominante y la misma regulación, y eso no es atractivo, porque al
final también tendrían que separar en una forma, quizá, de empresa mayorista
para no afectar la competencia. Eso es separación funcional”, añade Enrique
Carrier, analista del despacho Carrier y Asociados.
"Hay
que ser muy atentos con los términos en que se anunció la decisión del IFT,
porque aunque se trata de una medida contundente, que hasta el momento se ha
aplicado en pocos casos a nivel mundial, es un paso intermedio en ese camino:
el regulador está exigiendo una 'separación funcional' de la red fija, lo que
consiste en la creación de una unidad de negocios independiente, pero
que puede seguir siendo controlada por el grupo matriz. Y no avanza con
exigencias de 'separación estructural', lo que sí implica la transferencia de
toda esa estructura a una empresa nueva, sin ningún vínculo con el grupo
operador actual", comenta Gustavo Fontanals, especialista de la
Universidad de Buenos Aires (UBA).
En
Australia, Italia, Suecia y Nueva Zelanda han ocurrido diversos casos de
separación funcional y estructural relacionados con empresas de
telecomunicaciones. El más emblemático ocurrió en la década de los años 90s en
el Reino Unido. Allí, el operador British Telecom (BT) creó la firma Openreach,
que se encargó del negocio mayorista de la empresa y dejó
el camino libre a su matriz BT en los servicios corporativos y del consumo
masivo.
Un
escenario como el que le ocurrió a BT está en vías de hacerse realidad para
Telmex, pero el IFT debe tener cuidado del alcance de las medidas que imponga a
la empresa, pues la Gran Bretaña de los años 90s no es igual al México del
siglo XXI. “Se desconoce cuánto se pueda replicar de esa experiencia en el
mercado actual de México. La competencia allí es más real ahora, que cuando fue
con el regulador Ofcom y British Telecom”, dice Juan Gnius. “Se vendrá un
periodo de amparos judiciales y puede que más acciones llegarán”, añade.
Entre
todas esas acciones queda para la duda, si América Móvil capitalizará a su
favor la regulación que venga para la nueva empresa que deberá nacer de entre
los fierros, postes y ductos de Telmex-Telnor.
A
la fecha, cuatro de las diez regulaciones asimétricas que pesan sobre América
Móvil impactan directamente con las operaciones de Telmex y Telnor, y el
negocio de compartición de infraestructura y de servicios mayoristas es el que
debe ser absorbido por la nueva compañía, por lo que sería
esa la empresa sobre la que recaería la mayor parte de la carga regulatoria y
no Telmex, impedida de entrar al negocio de la televisión, el video y
que a futuro, como perfila el IFT, sólo atenderá a los consumidores finales.
“Se
desconoce por ahora si esta acción abre una ventaja, ante la posibilidad de que
la carga regulatoria más intensa del famoso decálogo recaiga ahora sobre la
otra empresa”, expone Ramiro Tovar, analista en temas de competencia económica
del ITAM. “La carga regulatoria la tiene ahora Telmex, pero se redefinirá con
la nueva empresa; será esa empresa que administrará la red sobre la que pesa la
regulación y no Telmex, y quizá tendrá otro nombre. Es una duda
que ellos resolverán (en
el IFT)”, agrega.
"Por
supuesto que AMX preferiría no tener que afrontar estas nuevas exigencias, como
ya lo hizo saber en su anuncio de impugnación. Pero dadas, hay asuntos
interesantes a evaluar a futuro. Por un lado, la separación funcional no lo
quita del negocio, de hecho el caso Openreach muestra que a BT le fue muy bien
con su unidad de venta de servicios mayoristas", plantea a su vez
Fontanals.
Por
otro lado, "hay que tener en cuenta el contexto mexicano, donde aún queda
por impulsar el paso masivo a redes locales de fibra óptica: ¿implicará la
medida un desaliento a esta nueva unidad para esos desarrollos? ¿O será que lo
impulse a avanzar reteniendo en muchos lugares su carácter de red única, ahora
abierta a prestarle servicios a diversos prestadores finales? Y si esto ocurre,
¿se concentrará exclusivamente allí donde detecte altas posibilidades de
recuperar su inversión? Queda por ver qué representan estas nuevas regulaciones respecto
a otro largo anhelo de AMX, la habilitación para ingresar al negocio de TV de
paga", añade el experto.
Por
ley, Telmex no puede entrar al negocio del video en México, en tanto no cumpla
con una serie de requerimientos de apertura de su red a terceros, pero la
gestión de la misma pronto estará bajo control de otra compañía, que deberá ser
independiente de Telmex.
Los
negocios y obligaciones asimétricas en materia de
Interconexión, Compartición de Infraestructura, Desagregación de la Red Local y
Servicios Mayoristas de Arrendamiento de Enlaces Dedicados deberán ser
trasladados de Telmex-Telnor a la nueva entidad y ella que tendrá que llegar a
acuerdos por su uso con la misma Telmex y los otros operadores como Marcatel,
Alestra, Axtel, Megacable, Izzi Telecom, Maxcom o Totalplay, entre otros más.
“Se
vendrán nuevos escenarios: como esos en que otros operadores están esperando el
acceso a la infraestructura para subirse a dar nuevos servicios y incentivar
más la competencia”, dice Enrique Carrier, de Carrier y Asociados. “Otra
cuestión será definir qué red es de Telmex, de Telcel o de América Móvil. Son
cuestiones que todavía no están tan claras, pero que darán más de qué hablar.
Son cuestiones a dilucidar”, coincide Juan Gnius, de TyN Media Group.
Otra
cuestión es que el Sindicato de Teléfonos de México ya se está haciendo
escuchar en este asunto.
"Hay
un aspecto central de la regulación mexicana de cara a este proceso: aunque AMX
ya anunció su intención de impugnar, la ley es clara respecto a la continuidad de las
decisiones del regulador mientras que se tramitan los amparos judiciales”,
recuerda Gustavo Fontanals, de la UBA. Ahora, “queda por ver cómo el IFT ordena
avanzar y cómo la compañía se acomoda a las nuevas regulaciones, con esa
batalla de fondo".
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